Se realiza una cirugía de malformación de chiari para extirpar el hueso que se encuentra en la parte posterior del cráneo y la columna. Se abre la duramadre situada encima de las amígdalas y se coloca un parche para aumentar el espacio.
No todas las personas con malformación de chiari necesitan cirugía, pero cuando las circunstancias personales de una persona lo permiten, un neurocirujano puede recomendar una cirugía de descompresión para corregir la afección. El objetivo principal de esta cirugía es minimizar y eliminar la presión sobre la médula espinal que generalmente se debe a las amígdalas cerebelosas. Casi todos los pacientes que se someten a una cirugía de descompresión obtienen una recuperación parcial o completa de sus síntomas, con un riesgo mínimo.
En la cirugía de malformación de chiari que se realiza bajo anestesia general, el neurocirujano hace una incisión en la parte posterior de la cabeza y extrae una pequeña parte del cráneo. Después de este primer procedimiento, el neurocirujano decidirá si se ha aliviado o no la cantidad correcta de presión. Si se necesita más cirugía, la cirugía da otro paso que implica abrir la duramadre, los tejidos que mantienen seguros el cerebro y la médula espinal. Después de abrir la duramadre, el neurocirujano realiza una reducción más exhaustiva de la presión en la médula espinal.
La apertura o no de la duramadre está determinada por varios factores, como los síntomas del paciente y los descubrimientos posoperatorios que en ocasiones implican el uso de la ecografía Dopplar. El tipo común de cirugía de apertura de duramadre puede tardar entre tres y cuatro horas en comparación con el tipo de cirugía endoscópica ligeramente invasiva que preserva la duramadre, que dura alrededor de dos horas. El tiempo de estancia en el hospital después de la cirugía puede ser de uno a cinco días, según el método quirúrgico. Cuando uno está en casa para recuperarse de la cirugía de malformación de chiari, puede tomar de dos a tres semanas, en las cuales el paciente no debe realizar ninguna actividad extenuante. Después de la recuperación, uno puede volver a sus actividades normales. El neurocirujano dará al paciente recomendaciones específicas sobre la realización de tareas, determinadas actividades como el deporte. La buena noticia al respecto es que uno puede volver a su vida normal después de recuperarse de la cirugía.
Los pacientes que se han sometido a una cirugía de malformaciones de chiari deben visitar a su neurocirujano unos meses después de la cirugía para realizar una resonancia magnética y comprobar si la presión se ha aliviado por completo. Las imágenes posteriores estarán determinadas por los síntomas del paciente y los resultados de la resonancia magnética anterior. La mayoría de los pacientes rara vez requieren procedimientos adicionales, pero el neurocirujano debe controlar a los pacientes para detectar cualquier síntoma, complicaciones o reaparición de los síntomas. Los pacientes, que son tan jóvenes y menores de 3 años, tienen las mayores posibilidades de pasar por otra cirugía debido a su capacidad para desarrollar un nuevo crecimiento óseo.
Bueno, no existe cirugía que no conlleve riesgos. Los efectos secundarios comunes después de cualquier cirugía incluyen:** sangrado, coagulación de la sangre, infecciones, derrames cerebrales, reacciones negativas a la anestesia y también pueden ocurrir la muerte, aunque en casos raros.